9 abr 2011

LA COLINA DEL ADIÓS

EN LA COLÍNA
BRILLA UN OLIVO AL SOL,
MUDO TESTIGO
DE UN AMOR DE JUVENTUD
QUE UN CORAZÓN PARTIÓ.
EN SUS RAICES
AÚN CONSERVA AQUEL RUMOR
DE MELODÍA  DE AMOR
DESOLADORA    
QUE AL VALLE BAJARÁ
DESDE LA AURORA.

EL MAYORAL
MORIR DE EMBRIAGUEZ ANSÍA,
SU LLANTO ROMPE
LA ROCA EN MANANTIAL,
DE CENTELLAS  FULGOR
SON SUS ESPUELAS,
TALLANDO UN CORAZÓN
PARA ASÍ  ETERNIZAR,
SOBRE EL OLIVO,
LA HISTORIA DE ESE  AMOR
QUE  FUE FURTIVO.
    
ESE TORO,
QUE POR LA DEHESA VA,
NO FUÉ EL CULPABLE
DE LA MUERTE QUE ASESTÓ.
DE CORNADA FATAL,
CAYÓ HERIDO
ENTRE RETAMA EL MAYORAL.
SÓLO EN ELLA PENSÓ,
NO HABÍA NADA
QUE PUDIERA BRINDAR, 
PARA SU AMADA.

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