5 may 2011

LA MUERTE DE DIOS

DIME TÚ, LA DE OJOS NEGROS,
LA DEL VESTIDO AJUSTADO,
LA QUE VA POR ESAS CALLES
CON LOS LABIOS DESGRANADOS.

DIME TÚ, QUE POR UN HIJO,
VIVES AL FANGO AFERRADA,
MALDICIENDO AQUELLA CASA,
DONDE  FUISTE DESTERRADA.

LA QUE GANAS EL PAN NUESTRO,
CON EL SUDOR DE TU CUERPO,
Y NI UNA VEZ A LA SEMANA,
DESCANSAS SOLA EN LA CAMA.
          
DIME SI COMO YO,
EN AQUEL DÍA GRIS,
PUDISTES ASISTIR
A LA MUERTE DE DIOS.

Y LE VISTE ENTERRAR,
PONIENDO SOBRE ÉL,
TODO EL CIELO Y EL MAR,
PARA NO SABER MÁS DE ÉL.

DIME SI COMO YO
EN AQUEL DÍA GRIS,
PUDISTES ASISTIR
A LA MUERTE DE DIOS

DIME TÚ, YUNQUE DE AMORES,
LA DEL PISITO AMUEBLADO,
COMPAÑERA DE MIL NOCHES,
DE SOLTEROS Y CASADOS.

DIME TU, LA QUE SONRIES,
AL QUE PASA POR TU LADO
Y POR SOLO CUATRO CUARTOS,
LE CONSUELAS SU PECADO.

LA QUE GANAS EL PAN NUESTRO,
CON EL SUDOR DE TU CUERPO
Y  NI UNA NOCHE A LA SEMANA,
DESCANSAS SOLA EN LA CAMA.

DIME SI COMO YO,
EN AQUEL DÍA GRIS,
PUDISTES ASISTIR
A LA MUERTE DE DIOS.

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