Fernando Rugero
07/03/2011
Cuando yo era joven, allá por la década de los 50 del siglo pasado, formábamos un quinteto de amigos, que éramos muy homogéneos en todos los eventos que se nos ocurrían. Solamente uno de nosotros, un tal Nicasio, que nos sacaba de quicio por su pesimismo, era el que más se marcaba en el grupo, tanto que por aquella época le decíamos “el pájaro de mal agüero”. Siempre veía el lado malo de las cosas. Los demás nos inclinábamos al optimismo en todo, o sea que veíamos las cosas con un sentido favorable.
Cada uno de nosotros teníamos, nuestra cualidad, que nos valía para contar historias, chistes, o el caso de Alberto que hacia juegos de manos.- Voy a dar a conocer nuestros nombres y cualidades: Diego y Pepe contaban chistes. –Eran muy bueno, ellos decían que todos los días, o como máximo cada dos días, tenían que contar uno diferente.- Algunas veces lo mezclaban.
Alberto hacia juego de mano, y era muy bueno.- Con una pelota en la mano sacaba cinco.- Fernando que soy yo, contaba historias inventadas y nos reíamos mucho.
Nicasio, este era su nombre y su cualidad,( ser pesimista), fíjese que este Santo murió mártir, hasta para eso le venía bien este nombre, pero para más inri fue heredado de su padre que también se llamaba “ Nicasio.”- Y era tan malo que flotaba en cualquier líquido sin hacer esfuerzos; esto era su herencia paternal.- Valla porvenir que tenia para el futuro, este tío.
Bueno era tan pesimista el tío, que no veía nunca las cosas de color blanco o rosa, todo lo veía de color negro. – Era tan – tan que cada vez que aparecía nos echábamos a temblar.- Decíamos.- ¡Ahí viene el pájaro de mal agüero!
En cierta ocasión estábamos planeando una excursión a la playa, y cuando él se enteró; lo primero que dijo fue.- No creo que podamos ir. ¿Por qué le preguntamos?.
Porque el día 15 de agosto va a llover torrencialmente.- Le contestamos.- Eres tan mal pájaro que te equivocara.- Como va a llover en verano y en agosto.- Pues acertó el tío, ese día no pudimos ir a la playa.
Desde entonces cada vez que planeábamos algún evento, consultábamos con él, o sea con el “pájaro de mal agüero”.- Unas veces acertaba y otras no.
Eso sí lo de “pájaro de mal agüero se le quedo, y ya pocas veces le decíamos Nicasio.
Pasó el tiempo y cada uno fuimos cogiendo distintos derroteros, a este pájaro no lo he vuelto ver jamás, no sé si lo tragó la tierra o lo mataron los optimistas, personaje como este no debe de abundar muchos por este mundo.
Un saludo, atentamente.
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